Deutsch parece un lío incomprensible de gramática y vocablos, una mazmorra para atrapar a extranjeros y mantenerlos como rehenes, azotándoles con artilugios lingüísticos…
Está claro, para «mezclarte» (bien) con los alemanes, deberás hacer un esfuerzo, y tengo una buena noticia: ¡se lee como se escribe (casi)! El idioma se digiere preferentemente en dos etapas: aprendiendo las palabras y luego la gramática. A diferencia del alemán, el inglés ha sido tan amable para facilitar nuestro acercamiento, aunque muchas palabras en alemán se parecen al inglés, esto alivia el dolor algo.
Tres géneros, cuatro declinaciones, y nunca estudiar un sustantivo sin su artículo y plural, porque memorizarlo a posteriori es mortal. Sin ello resulta imposible el uso correcto de los sustantivos y adjetivos y por ende formar oraciones.
Si deseas perfeccionar el alemán, te recomiendo hacerlo en aguas germanas, de lo contrario sería como aprender a nadar fuera del agua. Esta sensación, me ha llevado a bucear en la red de recursos más «líquidos», en los cuales me sumergiré para empaparme más de la lengua de Goethe.
Por supuesto, hay lenguas mucho más difíciles de estudiar que el alemán, pero éste sí que es útil para conseguir trabajo.
Auf wiedersehen!