…significa tener la capacidad de moverse entre «diferentes mundos».
…significa, a veces, tener un «cacao mental» y quedarse uno sin palabras.
…significa que, de vez en cuando, se cuela una palabra de otro idioma y ver caras raras de parte de la audiencia.
…significa, al hacer «zapping» de entre las docenas de canales por satélite, que de repente a uno le queda la mente en blanco preguntándose: «¿Qué idioma es este? Pues, es uno de los 3 idiomas que manejas, hasta en sueños.» Parece que el cerebro a veces me hace jugadas y tardo unos instantes antes de descifrar el idioma del programa.
De ahí el nombre 3Lingua (sin la «s» del plural). Aunque, manejo 3½, ya que uno se ha quedado un poco atrás, más 1 dialecto del alemán. Si me refiero a «moverse de mundo en mundo» quiero decir «cambiar de cultura». Es maravilloso poder cambiar de un idioma a otro sin tener que buscar palabras, el cerebro del ser humano es tan potente.
Según mi experiencia, mucha gente piensa que un idioma es estudiar un poco de vocabulario y gramática, chapurrear 3 palabras y así «conquistar el mundo» empresarial. Pues, lamento llevar la contraria, un idioma va más allá, el vocabulario y la gramática es solamente el esqueleto imprescindible sobre el cual reposan muchos ladrillos.
A un idioma hay asociados sentimientos y emociones, vocablos y gramática, experiencias y vivencias, conocimientos y ciencia, cultura y costumbres y seguramente más características si buscamos.Con eso te invito a reflexionar, ¿cuántos años te ha costado para que chapurrearas tu idioma materno (y sigues omitiendo las tildes), cuántos para hablar el primero extranjero y cuántos el segundo?
Es por eso que en 3Lingua sentimos una gran pasión por los idiomas, no es como cualquier «mercancía o producto» es en cierto modo arte.